Desde el 1 de julio, Hungría endureció su postura frente a las criptomonedas con una nueva ley que penaliza el uso de plataformas sin licencia y las transacciones no autorizadas de alto valor. La normativa, aprobada por el Parlamento el 17 de junio, prevé penas de prisión de hasta ocho años para los proveedores que incumplan las reglas.
Aunque poseer criptoactivos sigue siendo legal, los más de 500.000 húngaros con monedas digitales enfrentan una creciente incertidumbre. El Banco Nacional de Hungría será el encargado de otorgar licencias a los proveedores, pero aún no ha definido el proceso para solicitarlas. En respuesta, plataformas como Revolut y Bitstamp ya han cesado sus operaciones cripto en el país.
La medida, que busca alinearse con el reglamento europeo MiCA, ha sido criticada por expertos del sector, quienes consideran que las sanciones son desproporcionadas y su ejecución, opaca.
BitMine acumula casi 500 millones en ETH y se convierte en el segundo mayor tesoro corporativo de Ethereum
BitMine Immersion Technologies (BMNR), empresa cotizada en la Bolsa de Nueva York, anunció que ya posee más de 163.000 ETH, valorados en cerca de 500 millones de dólares. La firma, que comenzó como una empresa de minería de Bitcoin, avanza en su transformación hacia un modelo centrado en Ethereum y la gestión estratégica de su balance.
Desde su recaudación inicial de 250 millones de dólares por venta de acciones, BitMine ha duplicado su inversión en ETH, posicionándose como el segundo mayor tenedor corporativo de Ethereum, solo por detrás de la Fundación Ethereum y SharpLink, según datos de DeFiLlama.
La compañía, con sede en Nevada, adoptó en junio una estrategia de tesorería enfocada en incrementar el ether por acción mediante staking, reinversión del flujo operativo y operaciones en mercados de capitales. La medida fue bien recibida por el mercado, lo que impulsó el valor de sus acciones un 400%.
Grayscale da el primer paso hacia una posible salida a bolsa con presentación confidencial ante la SEC
Grayscale Investments presentó de forma confidencial un borrador de declaración de registro ante la SEC, según anunció la compañía el 14 de julio. El movimiento, realizado mediante el formulario S-1, marca el inicio de los preparativos para una posible oferta pública inicial (IPO).
Gracias a reformas recientes del regulador estadounidense, las empresas pueden realizar presentaciones confidenciales para explorar ofertas públicas sin una divulgación inmediata. Grayscale se acoge a este mecanismo para afinar su estrategia de salida a bolsa fuera del foco mediático y adaptarse a posibles exigencias regulatorias.
Aunque los detalles clave, como el número de acciones o el precio de la oferta, aún no se han revelado, este paso sugiere un cambio de rumbo en el modelo de negocio de la firma, tradicionalmente centrada en fideicomisos de criptomonedas. Una IPO ampliaría su capacidad de captación de capital y consolidaría su posición en un entorno financiero cada vez más regulado.
La memecoin de Trump genera ganancias millonarias para exchanges, pero deja pérdidas masivas a usuarios
La criptomoneda TRUMP, vinculada al expresidente estadounidense Donald Trump, ha generado un fenómeno mixto en el ecosistema cripto: en solo seis meses ha producido al menos 172 millones de dólares en comisiones para diez plataformas de intercambio, pero también ha causado pérdidas superiores a 4.300 millones entre más de 700.000 inversores, según un informe de Reuters.
Exchanges como Binance, Coinbase y OKX listaron el token con una rapidez inusual (un promedio de solo cuatro días, frente a los 129 habituales con otras memecoins), ignorando advertencias sobre la concentración del suministro: el 80% de los tokens estaba en manos de la familia Trump y socios cercanos.
Mientras un grupo de apenas 45 billeteras obtuvo ganancias por 1.200 millones de dólares, la mayoría de los usuarios sufrió pérdidas significativas. Coinbase defendió su rápida decisión de listado argumentando una «alta demanda» y confianza en la seguridad del token para sus clientes.
El caso refleja los riesgos asociados a las memecoins impulsadas por figuras públicas y plantea preguntas sobre la responsabilidad de los exchanges en sus procesos de listado.