- La caída de Bitcoin refleja un desarme de apalancamiento, no ventas impulsadas por pánico de holders a largo plazo.
- Más del 90% del suministro de Bitcoin sigue siendo rentable, lo que indica una fuerte confianza en el mercado.
- Los datos sugieren un reinicio saludable, preparando a Bitcoin para la próxima fase de acumulación.
La última venta masiva de Bitcoin tomó por sorpresa a los traders. Los precios cayeron bruscamente, pero no hubo pánico. A diferencia de los colapsos caóticos de Luna o FTX, esta caída se pareció más a un reinicio que a un derrumbe. Los datos cuentan una historia clara: el mercado eliminó el exceso de apalancamiento, no la convicción. Detrás de las velas rojas, los holders a largo plazo se mantuvieron tranquilos y la estructura general permaneció sólida. Esa compostura podría ser la pista silenciosa para la próxima fase alcista de Bitcoin.
Un reinicio, no una crisis
Más del 90% del suministro de Bitcoin sigue siendo rentable, según Glassnode. Ese solo dato cambia completamente el tono de la corrección. Las pérdidas provinieron principalmente de traders apalancados y de quienes compraron cerca de los máximos recientes. Sin embargo, los holders veteranos ni se inmutaron. Este comportamiento contrasta fuertemente con las capitulaciones de 2022. Durante esos colapsos, el porcentaje de suministro en ganancia cayó por debajo del 65%. Los inversores se apresuraron a salir y el miedo impulsaba cada movimiento. Esta vez, la historia se siente diferente.
La última caída provino del desarme de posiciones apalancadas en el mercado de derivados. A medida que los precios bajaban, los traders sobreexpuestos enfrentaron liquidaciones forzadas, lo que desencadenó una rápida reacción en cadena mecánica. La caída se vio abrupta en los gráficos, pero careció del caos emocional de crashes anteriores. Los datos de CryptoQuant revelaron que se liquidaron más de $132 millones en shorts cerca de los $112,000. La cascada eliminó a los traders más agresivos y limpió la estructura del mercado. Esa purga podría preparar el terreno para una recuperación más sostenible.
Manos tranquilas, base sólida
Durante eventos de capitulación reales, los holders a largo plazo suelen enviar Bitcoin a exchanges en pánico. Esta vez, esa señal nunca apareció. En cambio, su suministro se mantuvo estable, mientras que los holders a corto plazo fueron los que más vendieron. Esa distinción es importante. Muestra que el mercado ha madurado. Los inversores a largo plazo se mantuvieron firmes, señalando confianza en la dirección de Bitcoin a largo plazo. Esa estabilidad ayuda a prevenir caídas más profundas y genera confianza entre los participantes más nuevos.
Los datos on-chain respaldan esta visión. El MVRV Z-Score de Bitcoin se sitúa en 2.15, lo que indica una valoración equilibrada. El indicador sugiere que Bitcoin no está ni sobrevaluado ni fuertemente descontado. Históricamente, los grandes pisos aparecen por debajo de 1.0, mientras que los picos de euforia rondan el 6.0. Una lectura intermedia como esta sugiere equilibrio, no desesperación. El mercado se ve saludable, ni sobrecalentado ni roto. La reciente purga parece haber eliminado la espuma especulativa, dejando atrás la convicción genuina.
Por ahora, la corrección de Bitcoin puede sentirse dolorosa a corto plazo, pero los fundamentos siguen intactos. El reinicio del apalancamiento eliminó el ruido, los holders a largo plazo se mantuvieron serenos y los indicadores clave apuntan a una fortaleza estructural. Mientras los traders debaten el próximo movimiento, un hecho se destaca: el mercado ya no entra en pánico como antes. Esa calma podría ser la señal alcista más importante de todas.