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El mercado de criptomonedas experimentó un día extraordinariamente tumultuoso el 11 de octubre de 2025, marcado por un crash histórico que envió ondas de choque a través del paisaje financiero global. El principal catalizador de esta caída generalizada fue un anuncio inesperado del ex presidente de EE. UU. Donald Trump, declarando aranceles del 100% sobre todas las importaciones chinas, efectivo el 1 de noviembre. Este desarrollo geopolítico provocó una reacción inmediata y severa, llevando a miles de millones en liquidaciones y una caída significativa en la capitalización total del mercado de criptomonedas.

Bitcoin (BTC), la criptomoneda líder del mercado, se desplomó de un máximo intradía de más de $122,000 a mínimos alrededor de $102,000, registrando una caída de más del 7% en las 24 horas. Este movimiento repentino marcó una de sus caídas más grandes en un solo día en las últimas semanas, reflejando una intensa toma de beneficios y una alta volatilidad en el mercado. Ethereum (ETH) siguió el mismo camino con una caída aún más pronunciada, cayendo más del 12% desde niveles anteriores. Los altcoins sufrieron las pérdidas más dramáticas, con algunos experimentando caídas de hasta el 90%, y tokens importantes como XRP cayendo más del 22%. La capitalización total del mercado de criptomonedas se desplomó a aproximadamente $3.74 billones desde $4.30 billones del día anterior, borrando casi $560 mil millones en valor. [5]

Esta rápida venta resultó en lo que muchos están llamando el mayor evento de liquidación en la historia de las criptomonedas. Más de $19 mil millones en apuestas cripto fueron eliminadas, afectando a más de 1.6 millones de traders en todo el mundo. [2, 5] Informes indican que más de $7 mil millones de estas posiciones fueron liquidadas dentro de la primera hora del anuncio de Trump. [2] La abrupta y escalofriante caída llevó a especulaciones sobre posibles manipulaciones del mercado, con datos en cadena revelando que una gran ballena de Bitcoin había abierto posiciones cortas masivas en BTC y ETH días antes del anuncio de los aranceles, reportando haber ganado alrededor de $200 millones de la posterior caída del mercado. [1, 3]

El caos del mercado también expuso vulnerabilidades dentro de ciertos sistemas centralizados. Algunas stablecoins y tokens envueltos, incluyendo USDE, BNSOL y WBETH, experimentaron eventos temporales de desvinculación en Binance, destacando los riesgos en los mercados de tokens apalancados y sintéticos durante períodos de alta volatilidad. [1] Los oráculos de precios centralizados, como Chainlink y Pyth, también mostraron vulnerabilidades, alimentando precios potencialmente manipulados o defectuosos a bolsas y aplicaciones DeFi, lo que instantáneamente desencadenó liquidaciones masivas en contratos perpetuos. [1] En respuesta a la extrema volatilidad, Binance Futures desplegó $188 millones de su fondo de seguros para gestionar riesgos y salvaguardar posiciones apalancadas, demostrando medidas tomadas por las bolsas para estabilizar el mercado durante tal tormenta. [1]

El sentimiento del mercado ha cambiado previsiblemente a cauteloso, con el Índice de Miedo y Codicia Cripto cayendo a un 'miedo' de 35, su nivel más bajo en más de un mes. [8, 14] Mientras que se aconseja a los traders a corto plazo que monitoricen los niveles clave de soporte, algunos inversores a largo plazo podrían ver esta caída como una oportunidad estratégica de acumulación. [1] Los analistas sugieren que el próximo movimiento del mercado dependerá en gran medida de nuevos datos económicos y del entorno macroeconómico más amplio, particularmente en lo que respecta a las relaciones comerciales entre EE. UU. y China. [1, 15]

A pesar del tumulto inmediato en el mercado, hubo otros desarrollos notables en las esferas regulatorias e institucionales. La Autoridad Bancaria Europea (EBA) publicó un informe centrado en abordar los riesgos de lavado de dinero y financiación del terrorismo en los servicios de criptoactivos, extrayendo lecciones de casos supervisorios recientes en toda la UE. [10] En el Reino Unido, las nuevas regulaciones sobre criptoactivos están focalizándose en el comercio, custodia, emisión y promociones, con propuestas para un nuevo régimen de 'Prudencial de Criptoactivos' (CRYPTOPRU) que introduciría requisitos de capital y liquidez para las empresas cripto. [9]

A nivel global, la Autoridad Reguladora de Activos Virtuales de Dubai (VARA) multó a 19 empresas por operar sin licencias adecuadas, subrayando los esfuerzos en curso para hacer cumplir la conformidad regulatoria. [4] En una nota más positiva para la integración institucional, Plume Network se convirtió en el primer protocolo de blockchain de capa 2 en registrarse con la SEC (Comisión de Valores y Bolsa de EE. UU.) como agente de transferencia, lo que le permite gestionar registros de propiedad de valores y supervisar activos tokenizados del mundo real (RWA) en cumplimiento con las regulaciones federales. [4] Además, S&P Global Inc. anunció el lanzamiento del Índice de Mercados Digitales 50, un nuevo referente que combina activos digitales líderes con acciones relacionadas con blockchain que cotizan en bolsa. [4]

Para Ethereum, a pesar de que los clientes de BlackRock vendieron $80.2 millones en ETH, señalando cierta cautela institucional en medio de la volatilidad del mercado, [21] algunos analistas mantienen una perspectiva optimista a largo plazo. Tom Lee de Fundstrat, por ejemplo, pronostica que Ethereum alcanzará los $15,000 para fines de 2025, impulsado por la adopción institucional, la claridad regulatoria y la expansión de la tokenización de RWA. [6] La transición de Ethereum a Proof-of-Stake y su importante participación en el mercado de tokenización de RWA refuerzan sus ventajas estructurales, posicionándolo como una capa fundamental para el ecosistema Web3 en evolución. [6]

Los eventos de hoy destacan la naturaleza volátil del mercado cripto, donde los anuncios geopolíticos pueden desencadenar reacciones inmediatas y severas. Mientras que las consecuencias inmediatas han estado caracterizadas por el pánico y las masivas liquidaciones, las tendencias subyacentes a largo plazo de la adopción institucional y la maduración regulatoria continúan evolucionando, preparando el escenario para futuras dinámicas de mercado.