Escrito por: 0xResearcher
Si el mercado es el termómetro del sentimiento, entonces la “asignación de tesorería” es el votante de las empresas. Quién pone dinero real en el balance y apuesta por qué altcoins suele ser más fiable que el bullicio de las redes sociales. En 2025, vemos cada vez más empresas cotizadas que incluyen tokens que no son BTC ni ETH en sus tesorerías, como FET y TAO del sector AI, HYPE y ENA de la nueva infraestructura DeFi, así como los veteranos de pagos LTC y TRX, e incluso DOGE, con un fuerte componente comunitario. Detrás de estas posiciones hay tanto sinergias comerciales como demandas de diversificación de activos, y además ofrecen a los inversores comunes una ventana para “ver la tendencia”: quién compra, por qué compra y cómo se usan después de comprarlos. A partir de estas preguntas, es más fácil distinguir entre narrativas fuertes y débiles, y entender qué altcoins están siendo tomadas en serio por “capital institucionalizado”.
¿Por qué observar la asignación de tesorería?
Identificar narrativas fuertes con “dinero real de empresas”. Primero, porque es más difícil de falsificar. Una vez que una empresa incluye tokens en sus informes financieros o documentos regulatorios, la dirección debe explicar el tamaño de la posición, la política contable, la custodia y el riesgo, lo que es mucho más vinculante que “eslóganes”. Segundo, porque está más cerca de “tener para usar”. En esta ola de tesorerías, muchas empresas no solo compran tokens, sino que también firman acuerdos de cooperación tecnológica, introducen tokens como uso de producto o para staking en cadena; por ejemplo, Interactive Strength planea comprar aproximadamente 55 millones de dólares en FET y firmar un acuerdo con fetch.ai, Freight Technologies vincula FET con escenarios de optimización logística, Hyperion DeFi utiliza HYPE para staking y conecta los rendimientos y colaterales con Kinetiq, y TLGY (que planea fusionarse con StablecoinX) planea establecer una tesorería ENA para apostar por la estructura sintética y de rendimiento de Ethena. El punto común de estas acciones es que los tokens no solo representan precio, sino también “certificados” y “combustible”. Tercero, ofrece otra vía para los inversores comunes. Puedes investigar directamente los tokens, o puedes obtener “exposición indirecta” estudiando las empresas cotizadas que los poseen. Por supuesto, esto es un arma de doble filo: empresas de baja capitalización combinadas con tokens de alta volatilidad hacen que el precio de las acciones se convierta en un “proxy del token”, con movimientos aún más bruscos. Si eliges la vía de “exposición indirecta vía acciones”, el control de posición y el sentido del timing son especialmente importantes.
Desde la perspectiva del mercado en 2025, esta tendencia se está acelerando. A nivel macro, la llegada de los ETF de criptomonedas spot en EE. UU. ha elevado la tolerancia al riesgo, y la fortaleza de BTC y ETH ha abierto una ventana de desbordamiento “de puntos a superficies” para las altcoins, atrayendo más atención a los sectores de calidad. La actitud de las empresas también está cambiando: de la “tenencia tentativa” de hace unos años a una “asignación estratégica”, e incluso han surgido nuevas especies cuyo negocio principal es la tesorería cripto: algunas empresas se están transformando activamente y declaran que construir y operar una tesorería cripto es su línea principal de negocio. En cuanto a la divulgación, las empresas ya no se conforman con comunicados de prensa, sino que divulgan el tamaño de las posiciones, el valor razonable, los detalles de la custodia y las disposiciones de gestión de riesgos a través de documentos regulatorios, informes trimestrales y presentaciones a inversores, mejorando la verificabilidad de la información. En resumen, el entusiasmo ha regresado, el camino es más claro y el capital está empezando a tomárselo más “en serio”. Esto también significa que observar la dinámica de las tesorerías se está convirtiendo en una ventana fiable para entender la dirección de la industria.
Estadísticas recientes de las posiciones de altcoins en tesorerías de empresas cotizadas
Tres líneas principales de altcoins: AI, nueva DeFi y monedas de pago veteranas
Sector AI (FET, TAO): La señal clave de esta línea es “tener para usar”. Los tokens de redes nativas de AI suelen no ser simples objetos de especulación, sino “entradas y combustible” para acceso y liquidación: la llamada de agentes inteligentes, el acceso a mercados de cómputo y modelos, y los mecanismos de incentivos de red requieren el uso endógeno de tokens. La entrada de tesorerías empresariales suele ir acompañada de cooperación tecnológica e integración de negocios, formando un ciclo cerrado en optimización logística, acceso a cómputo o implementación de agentes inteligentes, por lo que el peso especulativo es relativamente bajo y se inclina más hacia la asignación estratégica. Sin embargo, este sector también presenta incertidumbres: la combinación de AI y blockchain aún está en fase de validación, las valoraciones pueden reflejar expectativas futuras por adelantado, y la sostenibilidad a largo plazo de la economía de los tokens (mecanismos de inflación/deflación, modelos de incentivos, recuperación de tarifas) aún debe observarse.
Nueva infraestructura DeFi (HYPE, ENA): Este sector apuesta por la combinación de “eficiencia + rendimiento”. HYPE representa la infraestructura DeFi orientada al rendimiento: mediante cadenas de alto rendimiento para soportar el trading de derivados y el staking de derivados, se forma un ciclo de capital de “ganar rendimiento + staking líquido y re-colateralización”, proporcionando caminos de uso eficiente para instituciones y pools de capital. El interés de las tesorerías empresariales radica en que no solo aporta gobernanza y rendimiento en cadena, sino que también puede mejorar la liquidez y la adhesión al mercado a través del ciclo de capital.
La atracción de ENA se centra más en el diseño de estabilidad sintética y cobertura de rendimiento. Ethena, combinando derivados de staking y estrategias de cobertura, intenta crear un activo estable “tipo dólar” sin depender del sistema bancario tradicional, generando fuentes de rendimiento de manera endógena. Si este modelo puede integrarse con exchanges, custodios y puntos de pago, podría formar un verdadero sistema cerrado de “cripto-dólar + rendimiento”. Para las tesorerías empresariales, esto significa poder mantener una unidad de cuenta estable y, al mismo tiempo, obtener herramientas de rendimiento y cobertura de volatilidad. Sin embargo, sus riesgos son más complejos: la seguridad de la liquidación, la robustez de los contratos inteligentes y la estabilidad en condiciones extremas de mercado son puntos clave que requieren auditoría y gestión de riesgos de alta intensidad.
Source: X
Pagos y grandes monedas veteranas (LTC, TRX, DOGE): En comparación, este grupo de activos se inclina más hacia “posiciones base tranquilas y canales de pago”. Tienen una historia más larga, mayor liquidez y una infraestructura más completa, por lo que son adecuadas como asignaciones “tipo efectivo” en tesorerías empresariales, satisfaciendo tanto el almacenamiento de valor a largo plazo como los escenarios de pago. LTC y TRX, con sus ventajas de eficiencia en capas de pago y liquidación, se convierten en exposiciones de pago que las tesorerías pueden utilizar directamente; DOGE, gracias a su comunidad y efecto de marca, tiene un valor único en pagos ligeros y difusión de temas. En general, estos activos desempeñan un papel más estable y fundamental, pero tienen historias de crecimiento limitadas y en el futuro podrían enfrentar más competencia de las stablecoins y las redes de pago L2.
Saber qué comprar, pero más importante saber cómo mirar
Ver la tendencia claramente, pero no hacer comparaciones simples. Que una empresa incluya un token en su informe financiero equivale a votar con dinero real, lo que nos ayuda a filtrar mucho ruido, pero no es un indicador infalible. Un marco de observación más completo debe considerar tres niveles: si hay sinergia comercial (¿la empresa realmente usa el token?), si hay divulgación formal (¿está en documentos regulatorios, especificando cuánto se compró, cómo se custodia y qué riesgos existen?), y si los datos en cadena lo respaldan (actividad, profundidad de mercado, estabilidad de liquidaciones). El verdadero valor de la asignación de tesorería empresarial no es dar consejos de inversión, sino revelar la lógica subyacente de la evolución de la industria: cuando las empresas tradicionales empiezan a asignar grandes cantidades a tokens específicos, esto refleja una transformación estructural del ecosistema cripto de la “pura especulación” hacia el “anclaje de valor”.
Desde una perspectiva macro, esta ola de asignaciones de tesorería marca la convergencia de tres tendencias importantes: la maduración del entorno regulatorio—las empresas se atreven a divulgar tenencias de criptoactivos en documentos públicos, lo que indica que se está estableciendo un marco de cumplimiento; la concreción de los escenarios de aplicación—ya no es la abstracta “revolución blockchain”, sino demandas comerciales cuantificables como entrenamiento de AI, rendimiento DeFi y pagos transfronterizos; y la institucionalización de la estructura de capital—el dominio pasa de los minoristas a la participación empresarial, lo que implica ciclos de tenencia más largos y mecanismos de valoración más racionales. Más profundamente, la asignación de tesorería está redefiniendo la esencia de los “activos digitales”. Antes, tendíamos a ver las criptomonedas como herramientas especulativas de alto riesgo, pero a medida que más empresas las consideran activos operativos o reservas estratégicas, empiezan a adquirir atributos similares a reservas de divisas, inventarios de materias primas o licencias tecnológicas. Este cambio de percepción puede ser más disruptivo que cualquier avance tecnológico.